Madrid/Apenas son 62.000 euros, pero “la contribución constituye un mensaje de solidaridad del pueblo japonés”, dijo el embajador de Tokio en Cuba Hirata Kenji este martes, durante la firma de un documento con el que su país inicia un nuevo proyecto de cooperación, esta vez en Pinar del Río. El programa está destinado a apoyar la producción de alimentos procesados en la ciudad cabecera de provincia.
“Resulta importante que la mayor de las Antillas desarrolle la agricultura y se autoabastezca, por eso nuestro Gobierno, a través de programas de cooperación, acompaña a la política de soberanía y seguridad alimentaria”, agregó Kenji.
En el proyecto participa la ONG internacional Humanity and Inclusion, cuya representante en la Isla, Amélie Teisserenc, afirmó que se prevé potenciar la disponibilidad de alimentos frescos, lo que incluye la instalación de equipos para procesamiento y refrigeración de alimentos embotellados y vehículos de transporte en los organopónicos Ingeniería I y El Vial, ambos afectados por el huracán Ian, que arrasó la zona el 27 de septiembre de 2022.
- CHECALO -
Se prevé potenciar la disponibilidad de alimentos frescos, lo que incluye la instalación de equipos para procesamiento y refrigeración de alimentos embotellados y vehículos de transporte
En el acto hubo tiempo para recordar a EE UU y Fidel Castro. El primero, señalado como culpable por el gobernador de la provincia, Eumelín González Sánchez, que dijo que la agricultura “demanda hoy de un gran esfuerzo para lograr la alimentación de los lugareños, dadas las limitaciones que cada día impone el bloqueo de los Estados Unidos hacia Cuba”.
“Cuba emplea cada año elevadas sumas en la adquisición de alimentos y es importante desarrollar la rama agropecuaria para el beneficio de sus nacionales”, contestó el embajador Kenji, en un tono más contenido.
González Sánchez atribuyó el mérito del cultivo urbano a la “iniciativa del Comandante en Jefe Fidel Castro”, que lleva décadas implementándose, agregó, sin reparar en que la frase delataba el escaso alcance de esta agricultura en un contexto como el cubano, donde se necesita producir primero a gran escala.
Hace apenas dos semanas, Kenji participó en la ceremonia de clausura un acto sobre el Fortalecimiento de la capacidad sanitaria para la crisis de covid-19, donde hizo balance de la colaboración sanitaria entre su país y Cuba. El diplomático recordó que entre los proyectos está un programa de digitalización de imagenología para diagnósticos.
Además, se hizo balance de las donaciones que estuvieron dentro de ese programa, incluidas una ambulancia, 46 refrigeradores para la conservación de vacunas, 1.400 termómetros y 1.200 termos especiales para transportar las dosis.
También se donaron equipos de ultrasonido y diagnóstico para 255 centros de atención primaria, 13 hospitales, Instituto Finlay de Vacunas y al Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología. Y resultaron beneficiadas 96.000 embarazadas, por los programas de atención al parto y puerperio, además del manejo de la asfixia perinatal.
Kenji manifestó su satisfacción por los resultados de esta cooperación, que consideró muy modesta pese a estar valorada en casi 3 millones de dólares, y agradeció a Unicef el “buen diseño del proyecto” y a los sanitarios cubanos por su “magnífico desempeño”.
Kenji manifestó su satisfacción por los resultados de esta cooperación, que consideró muy modesta pese a estar valorada en casi 3 millones de dólares
En 2022, Japón donó equipos médicos por valor de 5 millones de dólares, entre ellos 13 aparatos de rayos X móviles, 44 ultrasonidos y mil aspiradoras, así como piezas de repuesto, con destino a 34 hospitales del país. Esa aportación era parte de la ayuda financiera no reembolsable del Programa de Desarrollo Económico y Social del Gobierno de Japón para Cuba, firmado en 2016.
En octubre de 2021, dentro de ese acuerdo, Tokio envió 44 estaciones de ultrasonido para el diagnóstico de diversas patologías, fabricadas por Fujifilm.
Fruto de estos pactos también se enviaron a la Isla en enero de 2021 84 guaguas valoradas en 9 millones de dólares. Los vehículos salieron de Colombia, donde fueron ensamblados por la compañía Busscar gracias a un acuerdo con Itochu Corporation e Isuzu Motors y se estrenaron en febrero, casi un mes después de su arribo y cuando se empezaba a dudar sobre su funcionamiento efectivo.
La cooperación de Japón con Cuba, vigente desde hace 60 años, se intensificó a partir de los 90 con cobertura también para proyectos comunitarios para la seguridad humana y la asistencia cultural.
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