H
ace una semana hablábamos de la nueva gira de Gerry López y de los tres discos digitales que grabó en 2023 (en Europa; también aparecieron en formato físico), con lo que el joven maestro exhibía (exhibe) no sólo ese prolijo quehacer musical de todos los días; nos obsequia también, nos convida a sumergirnos en una trilogía tan elástica como asombrosa, donde los múltiples ecos de la tradición se enlazan sin mayores problemas con las rutas del porvenir.
Platicamos ampliamente con Gerry. Aquí va la segunda parte de una síntesis.
–Sabemos bien de la enorme musicalidad que hay en Cuba. Pero platícanos de tus razones personales para ir a la isla a grabar No Way Back.
- CHECALO -
–Fue en los meses que llegaba muy fuerte la pandemia, y varios de los músicos en los que yo había pensado para este proyecto: Horacio El Negro Hernández, Alain Pérez, Carlos Miyares… en fin, algunos personajes con los que quería colaborar estaban en la isla, y era el momento idóneo de reunirlos. Nos habíamos hecho la pregunta si hacerlo en Nueva York, que es donde puedes encontrar a la gran mayoría de músicos de esta talla.
“Pero éstos estaban en Cuba, y podíamos hacerlo en este estudio mítico, que se llama Abdala, y que yo pensaba que era más modesto, más limitado en cuanto a material. Y al final del proyecto me di cuenta de la importancia que conlleva la música en esta isla, que es una de sus más fuertes banderas y a lo que más le apuestan.
Además, para mí, era importante hacerlo ahí, porque todos sabemos que la influencia de la música cubana en la nuestra, desde los años 30, o antes, ha sido muy grande.
–Por supuesto. Aunque también llegan a aparecer por ahí ciertos colores, ciertos sabores mexicanos en medio de esa evidente grandeza cubana.
–Claro. Nosotros, como mexicanos, hemos recibido los ritmos afrocubanos y les hemos dado nuestra sazón. Entonces quería hacerlo desde donde viene todo, donde nacieron, y entenderlos y tener el sonido más profundo. La esencia.
–Y ya para terminar el año sacaste Día de luz. ¿Qué hay de él?
–Es un disco de colaboración con Yuri Storione, pianista italiano; Peter Primus, baterista de Austria, y el contrabajista suizo Matteo Burci. Aquí abordamos un lenguaje más apegado al sonido actual del bebop y el hard bop; un estilo que no ha parado de evolucionar y de estar vigente. Aporté cuatro composiciones y algunos arreglos; Yuri también trajo varias composiciones.
–La nueva gira se centra en No Way Back. ¿Por qué?
–Este disco había tomado un tiempo en salir a la luz por cuestiones de la producción; y hasta este momento pudimos concretar los conciertos. Por eso lo hacemos hasta ahora. Vamos a estar en España, Suiza, México; y la segunda parte será en Francia, Italia, Austria, Alemania y otros países de Europa.
No Way Back significa mucho para mí. Es una celebración de todos estos años fuera de mi casa. Es una forma de reconectar con el público amante del jazz latino, que vaya que ha crecido muchísimo la afición por esta música; en particular en Europa, donde cada vez hay más espacios en clubes y en festivales. Así que, bueno, aprovechamos este momento para hacer la gira y concentrarnos en este disco.
En al menos 12 ciudades de Europa, hay jazzistas mexicanos en plena labor creativa. No están explorando el terreno, no están buscando chamba. Están tocando jazz; lo que todavía conocemos y reconocemos como jazz, con sus incontables rediseños y enlaces. Pero esto es tema para otro momento.
El 11 de abril Gerry López se presentará con su quinteto en Ciudad Juárez. El día 12 y el 13 lo hará en Jazzatlán Capital.
Buen provecho.
DERECHOS DE AUTOR
Este contenido pertenece a su autor original y fue recopilado de la página:
https://www.jornada.com.mx/2024/03/28/opinion/a09o2esp?partner=rss