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odavía no cumplía 20 años y Gerry López ya llamaba fuertemente la atención de propios e impropios en todo el país. Su sonido era sólido y propositivo aun antes de salir de su natal Ciudad Juárez. Con su llegada a la Ciudad de México se instaló entre los grandes del jazz nacional, y continuaba sorprendiendo a todo mundo. Poco después ganó un concurso nacional de jazz en Francia y casi de inmediato se llevó también el primer lugar en un concurso local parisiense. Y eran apenas los primeros pasos en su andar (La Jornada 18/10/13) (La Jornada 23/7/22).
Veinte años después, y radicando ya en Suiza, López iniciará este 16 de marzo la gira No Way Back, en cuarteto, con la que escenarios de España, Francia, México, Cuba y Alemania. Todos los detalles están en www.gerrylopez.info..
Prolífico como él solo, nada más en 2023 presentó tres discos: Parisian Stories, No Way Back y Día de luz. Platicamos entonces sobre estas producciones y de los porqués de su viaje a Cuba para grabar el segundo álbum.
- CHECALO -
“Después del disco de Sound Frida salieron tres discos –dice Gerry–. Uno se llama Parisian Stories, que fue grabado en Francia. Posteriormente salió No Way Back, que es con el que haré una serie de conciertos en diferentes países. Y luego, en diciembre del año pasado, saqué Día de luz, en colaboración con Yuriy Storioni en el piano, Matteo Burci en el contrabajo y Peter Primus Frosen en la batería. Son músicos de acá, de la escena europea.”
–¿Cuál es la propuesta musical en Parisian Stories?
–Como lo fue Sound of Frida; es música original; son mis composiciones. Entonces, este disco va por la misma línea de influencia de jazz moderno, jazz contemporáneo, siempre con mi toque personal, del lirismo que yo llamo mexicano, por mi forma de abordar las melodías; con tintes también de la improvisación libre.
–Son Historias Parisinas. Hace una década, cuando recién habías llegado a Francia y ganabas ahí dos importantes concursos de jazz, dábamos por hecho que te ibas a quedar a radicar en ese país, que allí ibas a construir una carrera como jazzista. ¿Por qué no lo hiciste?
–Bueno… en ese momento estaba estudiando en el Conservatorio de París y tuve la oportunidad de entrar a un programa en el que puedes hacer un año de intercambio con cualquier universidad europea que tenga convenio con el Conservatorio. Entonces, un maestro me extendió la invitación para venir un año a Suiza. Y ahí empezó la historia, porque este país está muy cerca de París, son tres horas en tren.
Empecé a estudiar acá, y por alguna razón se dieron profesionalmente algunas cosas; me ofrecieron trabajo como profesor en este Conservatorio de Friburgo y luego empecé a dirigir la Orquesta de Jóvenes Jazzistas aquí mismo. Al final, he desarrollado mi carrera no propiamente en París, pero me estoy proyectando desde Suiza a todo este círculo del jazz europeo. Desde aquí es fácil moverse.
–Después llega No way back.
–Sí. Es un disco con tintes de nuestra música mexicana y música latinoamericana. Lo grabé en Cuba. La mitad del disco es de composiciones mías. Luego hice arreglos de un bolero de Osvaldo Farrés, que me gusta mucho, y un tema de Juan Gabriel que también me gusta mucho, para llevarlos un poco a este lenguaje del jazz.
–¿Por qué titulas así el álbum?
–Para mí, este disco es la celebración de los más de 10 años que llevo fuera de mi país.
–Bueno, musicalmente, una parte del álbum es una retrospectiva, una mirada hacia los ecos del bolero, del son, del mambo. ¿No se contradice un poco con el título?
–Podríamos decir que… es un poco una autocontradicción, porque el título, bien lo dice, es que sigues caminando de frente y no volteas hacia atrás; pero el contenido es una mirada hacia los orígenes y las influencias de nuestra música. Son las influencias musicales con las que crecí, pero abordadas de una forma en que ya no hay vuelta atrás, en el sentido de que estos años no han pasado en balde. Es mi evolución artística. Mi sonido es el que no tendrá marcha atrás.
“Es también romper un poco, desde el punto de vista artístico, con lo que estaba haciendo en los últimos años. Es contar un poco la historia de lo que han sido los años fuera de mi país y demostrar que seguimos adelante.
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