Esta será la primera ocasión en la que el Instituto Politécnico Nacional (IPN) participe en una misión desde la Antártida con la NASA.
Fabián Vega
Por primera vez en la historia, el Instituto Politécnico Nacional (IPN) acompañará a la NASA desde la Antártida en una misión de dos semanas, que busca observar y analizar de forma directa contaminantes plásticos en la atmósfera del planeta.
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Se trata del primer vuelo suborbital en la Tierra del Politécnico, en el que los mexicanos aportarán su propio equipo. La misión especial FY25, se elevará a una altura aproximada de entre 12 y 50 kilómetros por encima del suelo. Más allá de la región donde se forman las nubes y de la propia capa de ozono, que nos protege de la radiación solar.
Para identificar la presencia de microplásticos en la atmósfera, el doctor Mario Alberto Mendoza-Bárcenas, investigador encargado del experimento, nos explica cómo es que lo lograrán:
“Lo que va desarrollar el Instituto Politécnico Nacional en esta misión suborbital EMIDSS-6, van a ser una serie de experimentos de corte científico y tecnológico. De principio, desde el punto de vista tecnológico para seguir probando y seguir ensayando con el desarrollo e integración de instrumentos científicos, electrónicos integrados en nuestro país”.
“Uno de los principales experimentos que va a llevar el EMIDSS-6 a bordo, va a ser una cámara de alta resolución que pretende impulsar los primeros pasos para el desarrollo de experimentos de identificación de contaminantes en la estratosfera, particularmente en esta zona del planeta y con particular énfasis en la detección de micro plásticos”.
“Desgraciadamente, en las grandes urbes ya está presente en la atmósfera, presente en el aire de grandes ciudades, y es un precursor muy importante del calentamiento global”.
En entrevista para IMER Noticias, Mendoza-Bárcenas cuenta que en el país se ensambló y compartió el instrumental científico, que recorrerá más de 12 mil kilómetros entre diciembre de 2024 y enero de 2025, hasta la Base McMurdo del Programa Antártico de Estados Unidos (USAP por sus siglas en inglés), ubicada en el polo sur del planeta.
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Todo sin que el instituto haya tenido que invertir un solo centavo. Gracias al respaldo y la colaboración de la NASA, quienes se interesaron en el trabajo de los y las mexicanas:
“Una misión de estas [ronda] el millón y medio de dólares. Hasta este momento, de las cuatro misiones en las que ha participado México a través del Politécnico Nacional y las diversas instituciones que han colaborado en el proyecto EMIDSS, no hemos pagado absolutamente un peso”.
Una misión con respaldo mexicano: UNAM e ITESO se suman al viaje
Además del IPN, los Institutos de Ingeniería y de Ciencias Aplicadas y Tecnología de la UNAM, el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) de la Universidad Jesuita de Guadalajara, así como el Molina Center for Energy and the Enviroment (MCE2), participarán en este experimento.
La misión especial FY25, a bordo del módulo EMIDSS-6 (Experimental Module for the Iterative Design for Satellite Subsystems version 6), es el primer aporte mexicano del Poli que operará bajo condiciones climáticas extremas. Esta es una de las principales diferencias de los cinco lanzamientos previos en los que la NASA también apoyó al Politécnico desde Nuevo México:
“Vamos a estar, si no mal recuerdo, en verano en estas latitudes en este polo sur. Se esperan temperaturas máximas de hasta 100 grados, lo cual va a representar en nuestro sistema desde el punto de vista tecnológico un reto muy importante para su protección y para la supervivencia”.
“Es momento de tomar decisiones urgentes”
México participó con:
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Un Módulo de Adquisición de Datos.
Sensores ambientales diversos.
En los que también colaboraron la UNAM y el ITESO de Guadalajara. Algo que, para el investigador del Politécnico, representa todo un reto, pero también una oportunidad para empezar a pensar más en políticas públicas para ayudar al medio ambiente y proteger la vida en la Tierra:
“De alguna forma tendría que aportar la toma de decisiones, pero urgentes, para poder generar políticas públicas que permitan la reducción de este tipo de contaminantes, que, si ya los vemos presentes en esta zona del planeta, donde aparentemente uno pensaría que tiene uno un aire puro, donde no está presente ningún tipo de contaminante de este tipo, si está presente entonces sí se tendrían que comenzar a encender las alarmas”.
La participación del Poli llega por invitación directa de la NASA, así como de la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Ha sido una colaboración en la que decenas de científicos, especialistas e investigadores del IPN han trabajado desde 2019, mano a mano con el Programa de Globos Científicos de la NASA, cuando comenzaron con el diseño interactivo de subsistemas satelitales. Poco a poco avanzaron hasta las actuales misiones EMIDSS-5 y EMIDDS-6 que llevan sello Politécnico en su interior.
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