Soy padre de dos niños y, como ocurre en muchas familias, he tenido dudas respecto a cuándo es adecuado comprar el primer móvil a un niño. No me refiero únicamente a compartir los dispositivos en casa. Es usual que los más pequeños echen mano a los teléfonos y tablets de la familia, un hábito que, por cierto, también merece una supervisión atenta. También hablo de la entrega, por primera vez, de un equipo con acceso a Internet que les pertenezca. Que tenga su propio número telefónico y sus cuentas personales.
El más pequeño en casa tiene 8 años. Él usa un móvil sin línea que usé hace varios años y reemplacé por un ejemplar más nuevo y potente. Cuando impone su inocente monopolio en el uso de ese teléfono, con su madre repetimos a coro: “Recuerda: ¡es de toda la familia!”. Su hermana, en cambio, ya tiene un móvil propio. Tomamos esa decisión porque cumplió los 12 y deseamos estar comunicados con ella cuando pasa largas horas en casa de sus amigas. Si bien seguimos de cerca su comportamiento como usuaria e internauta, a veces nos aqueja la incertidumbre. ¿Acaso le hemos entregado el teléfono demasiado pronto?
Para saber cuándo comprar el primer móvil a un niño, no hay mejor camino que estar abiertos a la información y al asesoramiento. En este repaso consultamos a especialistas en la materia, para que briden sus consejos y nos ayuden a responder preguntas frecuentes. ¿Qué aspectos tener en cuenta al tomar la decisión? ¿La variable a considerar es la edad, principalmente? Además, probamos una herramienta que, a través de consultas concretas, ayuda a decidir si tu hijo o hija está preparado para el uso de dispositivos móviles.
Acompañamiento de los adultos, fundamental al comprar el primer móvil a un niño
Es usual que madres y padres debatan cuál es la instancia adecuada para que sus hijos viajen sin supervisión en el transporte público. También es frecuente preguntarse cuándo están listos para ir hasta la escuela sin compañía. Si bien hay ciertos parámetros objetivos, las respuestas no se acotan únicamente a la edad biológica. Algunos chicos de 13 años pueden afrontar el desafío con mayor madurez que, por caso, otros de 16. Una lógica similar aplica al evaluar cuándo comprar el primer móvil a un niño.
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“Al caminar en la calle, los padres enseñan a sus hijos, ya desde pequeños, a qué estar atentos y cuáles son los riesgos. Lo mismo debe ocurrir al transitar por el mundo virtual”, dice en diálogo con Hipertextual la psicóloga Laura Jurkowski, directora de reConectarse, un centro que trata adicciones vinculadas a la tecnología. La especialista apunta a tres instancias y a un avance gradual. Señala que al principio los niños deben navegar y usar las aplicaciones acompañados por sus padres. Luego, hacerlo con supervisión y monitoreo. La independencia en el uso —aunque no absoluta— recién llega cuando ellos mismos son conscientes de los riesgos y de las buenas prácticas para mitigarlos.
“Cuando los niños y adolescentes van ganando autonomía, es importante que se sientan seguros y no juzgados. Y que cuando necesiten ayuda, puedan y elijan recurrir a sus padres”, observa Jurkowski. Además, subraya que es fundamental que los adultos dispongan de información relevante para un uso seguro de los dispositivos. En otras palabras, la responsabilidad requiere conocimientos.
“No hay necesidad de tener un teléfono propio a los 10 años”
Son muchos los padres que se preguntan cuándo deberían comprar el primer móvil a un niño. ¿Hay una edad recomendada para ello?
En general, no hablo de una edad en concreto. Ocurre que cada uno está en una situación diferente, en diferentes sociedades. En cada familia hay cambios. Según los casos, hay chicos que tienen la necesidad de estar más conectados con otros. Por ejemplo, los que ya circulan por su cuenta en la calle o los que tienen a sus padres separados. Dicho esto, creo que a una edad temprana, a los 10 años, los chicos no tienen necesidad de tener un dispositivo propio. En todo caso, para determinadas prácticas, por ejemplo usar redes sociales o participar de algún grupo, pueden hacerlo a través del móvil de los padres. De esta manera, los adultos pueden tener más control.
En cualquier caso, sea con móviles propios o prestados, ¿qué buenas prácticas deberían seguir los adultos?
Cuando los niños empiezan a usar dispositivos conectados, es recomendable que los padres establezcan dos cosas. Primero, poder ver quiénes son los amigos en las redes, qué hacen en esas plataformas, qué sitios visitan, etcétera. Por otro lado, ser seguidores o amigos dentro de las redes sociales. Si publican algo, poder verlo.
En los casos en los que tienen un dispositivo propio, es usual que cueste limitar el tiempo que pasan frente a la pantalla. El mundo virtual es sumamente atractivo. Las redes están diseñadas para generar adicción. Y en el caso de no tener un control o supervisión, más allá del contenido, también es importante monitorear el tiempo y establecer límites horarios.
En función de ello, ¿cómo deben manejarse los padres para no invadir la privacidad de sus hijos?
Es importante tener en claro que en un primer momento los padres van a revisar qué están haciendo. Los adultos deben estar atentos a cambios en la conducta de los chicos. Atender si está sucediéndoles algo en el mundo virtual.
Suponemos que el análisis no se agota en las variables riesgosas o negativas. En esa línea, ¿qué ventajas implica que un chico tenga su propio móvil?
Tener un teléfono propio se traduce en cierta privacidad y libertad, con los pro y los contra que esto tiene. Lo bueno es que pueden emplearlo para sus tareas escolares, además de divertirse y socializar. Ahora bien, como ocurre en otros ámbitos, a veces la mayor libertad que se concede, genera dificultades para autolimitarse. Por eso, repito que es importante que los adultos estén atentos al vínculo entre los chicos y los dispositivos.
El primer móvil de los chicos: claves para para tener en cuenta
Siguiendo la opinión de Jurkowski, no hay números mágicos para responder a la pregunta “cuándo comprar el primer móvil a un niño”. En ese sentido, de acuerdo a datos que recoge BBC, el promedio de edad cambia según las regiones. Por ejemplo, en Estados Unidos los pequeños de la familia suelen recibir un teléfono antes que los de Europa y América Latina.
Las que siguen, son algunas de las claves que los adultos deberían considerar si los chicos piden un dispositivo propio.
- Un móvil no es un juguete: Es cierto que los smartphones ofrecen a los pequeños un amplísimo catálogo de juegos y entretenimiento. Pero no hay que olvidar que esos dispositivos están conectados a una gran red, en la que circulan millones de desconocidos. El ciberacoso es una de las tantas problemáticas a tener en cuenta. Además, esos equipos caben en la palma de una mano, aunque la puerta a mucha información que no es apta para los menores.
- La diferencia entre los teléfonos y otros dispositivos: Siguiendo a los expertos de Healthy Children, comprar el primer móvil a un niño supone un paso más en su vínculo con la tecnología. El concepto central es, precisamente, la movilidad. “Los niños pueden llevarlos a todos lados. Es más probable que estén justo al lado de su hijo, en su mesa de noche, a la hora de comer, en el auto durante los viajes o en muchos otros espacios en los cuales los otros dispositivos habitualmente no están. Por ello, pueden interrumpir o desplazar otras actividades importantes. La conversación cara a cara, la tarea, los deportes o el sueño, por mencionar solo algunas”, señalan desde la publicación que depende de la Academia Americana de Pediatría (AAP).
- El “chantaje” de la sociabilidad: Hay una frase frecuente entre los niños que piden su primer móvil. Dicen: “Todos mis amigos tienen uno”. En este punto, es importante tener en cuenta a qué edad se torna realmente importante el trato virtual con pares, con un dispositivo propio. Antes de eso, los chicos pueden usar equipos de sus padres o una tablet que comparte la familia.
- El diálogo es relevante: Es cierto que comprar el primer móvil a un niño es una decisión que está en manos de los padres. Sin embargo, los especialistas coinciden en la importancia del diálogo con los más pequeños. En ese sentido, hay algunas preguntas atinadas, que podría ser trasladadas a ellos, como qué beneficios y qué desventajas supone la disponibilidad de un dispositivo propio. Además, tal como revisaremos a continuación, es imperioso diagramar un plan conjunto para un uso seguro de la tecnología.
Te has decidido a comprar el primer móvil a un niño: ¿cuáles son los pasos a seguir?
Una vez que has decidido que tu hija o hijo tenga su propio teléfono, hay más cuestiones a considerar. Una de ellas es qué tipo de smartphone entregarles. Con ello, no apuntamos a qué modelo o marca elegir; es usual que todos deseen un móvil de alta gama y de última generación. En cambio, la referencia es a la configuración previa del dispositivo.
Es relevante que la cuenta indique que el usuario principal es un menor. Así, se activan desde el minuto cero los controles parentales. Básicamente, se trata de herramientas para que los adultos supervisen la actividad de los niños. Además, permiten establecer límites de horario —los accesos se bloquean, cumplido el tiempo— y pedir que las descargas requieran una aprobación, entre otras funciones. Hay aplicaciones específicas para esto, aunque iOS y Android tienen las propias.
Además de las restricciones mediante herramientas, es aconsejable diagramar conjuntamente un plan de uso. Es decir, no dejar todo el control a cargo de softwares, que algunos usuarios con astucia pueden burlar. La planificación debe contemplar en qué horario no se emplearán pantallas y en qué momento de la noche apagarlas, entre otros aspectos. “Es importante ayudar a tus hijos a reflexionar sobre cómo usan el teléfono, hablando con ellos abiertamente y sin criticarlos”. La exhortación es de Common Sense Media, una organización sin fines de lucro reconocida por ofrecer recursos para un uso saludable de las soluciones tecnológicas. Además de consejos para familias, en su sitio —también disponible en español— se listan películas y programas de televisión recomendados para niños.
De acuerdo a los responsables de aquel grupo, los padres deben predicar con el ejemplo. “Por caso, si tienes que interrumpir un momento familiar para atender tu teléfono, pide disculpas”, observan. En esa línea, es interesante notar lo siguiente: no se trata solamente de saber si conviene que los niños den ese paso, sino también si los adultos responsables están preparados para acompañarlos.
Un recurso en línea para saber cuándo comprar el primer móvil a un niño
Profesionales de la mencionada American Academy of Pedriatics, en colaboración con la operadora AT&T, diseñaron un cuestionario que ayuda a saber si tu hijo está listo para tener un móvil propio. A través de diez preguntas, se evalúan aspectos vinculados al comportamiento de los niños, así como los valores familiares. Una vez que se obtiene un resultado, se recomiendan los pasos a seguir. Además, se añaden recursos de interés, incluyendo tutoriales sobre los controles parentales.
Hice la prueba, basándome en la experiencia con mi hijo de 8 años. Las que siguen, son algunas de las consultas que aparecen:
- ¿Con qué frecuencia cree que su hijo necesita un teléfono celular para su seguridad?
- ¿Se comporta de manera responsable? Por ejemplo, ¿termina las cosas que se le asignan en la escuela?
- ¿Puede manejar los impulsos?
- ¿Usted está preparado para tomar medidas, por ejemplo, establecer controles parentales, crear un plan familiar de medios de comunicación y hablar con su hijo sobre lo que ve y hace en Internet?
En sintonía con las recomendaciones que hemos revistado en este artículo, el cuestionario de la AAP se enfoca en la evaluación del comportamiento de los niños. A su vez, enfatiza el compromiso y participación de los padres. En el caso de mi hijo, al finalizar las diez preguntas llegamos a la “zona de los que aún no están listos”. Ese resultado no debería ser definitivo, aunque me ha servido para revisar con más cautela la decisión.
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