Apple canceló el desarrollo de su propio coche eléctrico tras diez años intentando conseguir lanzarlo. Conocido como Project Titan, la idea era desarrollar un vehículo que reflejara todos los principios de la compañía, junto a toda la tecnología y sobre todo la innovación de la que son capaces.
La cancelación despertó toda clase de especulaciones, sobre todo porque tras los casi diez años de desarrollo, el sector de la movilidad eléctrica ha crecido a un ritmo vertiginoso. También porque algunas marcas como Xiaomi —con una inversión inicial de 10.000 millones de dólares— han conseguido montar un prototipo y empezarán a vender su primer coche eléctrico en los próximos dos a tres años.
¿Pero qué sucedió? ¿Por qué Apple terminó cancelando el proyecto del coche eléctrico? Es difícil especular sobre los motivos y lo que sucede internamente, sobre todo porque es un producto que nunca fue lanzado. Pero un reporte del New York Times profundiza en los motivos por los cuales sucedió.
Se calcula que Apple ha invertido en el proyecto una cantidad similar a la de Xiaomi, diez mil millones de dólares, a lo largo de estos casi diez años. Una gran parte del equipo dedicado al coche eléctrico ha sido reasignado a iniciativas internas relacionadas con la inteligencia artificial, dando por hecho que parte importante del desarrollo del vehículo estaba en la conducción autónoma total. Pero hay muchos detalles más.
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1. Cambios constantes de liderazgo en el proyecto
A lo largo de la década del Project Titan, la iniciativa tuvo a varios ejecutivos al frente, cada uno con diferentes puntos de vista sobre lo que deberían conseguir. Primero estuvo Steve Zadesky, que buscaba construir un coche eléctrico capaz de competir contra Tesla, que en aquella época solo fabricaba el Model S —el Model X fue lanzado en 2016 y el Model 3 en 2017—. Pero al mismo tiempo, Jony Ive quería un coche capaz de conducirse de forma totalmente autónoma.
Pero en enero de 2016 Zadesky abandonó el proyecto. Jony Ive y Bob Mansfield tomaron el control e iniciaron una serie de adquisiciones importantes de startups y contratación de personal que superó las 2.000 personas, incluyendo ingenieros de la NASA y empleados estrella del mundo de la automoción en Estados Unidos y Europa.
El objetivo de Ive era diseñar un coche con diseño europeo. Fuentes del NY Times lo describen similar al Fiat Multipla 600, con seis ventanas y un techo curvo. El coche no tenía volante ni pedales, y sería 100 % controlado por Siri.
Pero en algún momento de 2016, Mansfield comunicó al equipo que el proyecto cambiaría de foco. De hacer el coche, a solamente hacer el software para conseguir la conducción autónoma total. Fue el año en que empezamos a ver coches Lexus de la compañía con decenas de sensores circulando por California.
También, según explica el reporte, intentaron conseguir acuerdos con varias compañías importantes de coches, incluyendo BMW, Nissan y Mercedes, probablemente para vender las soluciones de software que estaban desarrollando. Esos acuerdos se han manifestado de forma muy tímida en la implantación de CarPlay en algunos de los vehículos de esas marcas.
Luego, en agosto de 2018, Doug Field —que trabajaba en Apple como director de ingeniería y se fue a Tesla— vuelve a la compañía para encargarse del proyecto. Despidió a unos 200 empleados e intentó sostener los esfuerzos de desarrollo de software de conducción total.
Pero en 2021 vuelve a abandonar la compañía para irse a Ford y dirigir los esfuerzos de electrificación de la compañía. Es cuando Kevin Lynch —hasta ese momento al frente del desarrollo del Apple Watch— se hace cargo del proyecto. Ahí es cuando deciden dar vuelta atrás y volver a enfocarse en el desarrollo de un coche 100 % eléctrico.
Dos años más tarde, y tras cambios en directivos y enfoque, Apple decide definitivamente desmantelar el equipo, acabar con el proyecto del coche eléctrico y dedicar más recursos al desarrollo de la inteligencia artificial para sus dispositivos.
2. La dificultad de conseguir la conducción autónoma total sin datos propios, y la competencia que representa Tesla
Cuando Apple inició los esfuerzos para desarrollar su propio coche eléctrico, este tendría que venir acompañado de la conducción autónoma total. No podría ser de otra forma. Apple es una de las puntas de lanza de la innovación en Silicon Valley.
Eran otras épocas. Pero a medida que avanzó la década, fue quedando cada vez más claro —no solo a Apple, sino a toda la industria— que conseguir la conducción autónoma total es un esfuerzo descomunalmente grande que requiere de muchísimo tiempo.
En algún punto intentaron comprar a Tesla, según el reporte del NY Times. Esto refleja declaraciones hechas incluso por Musk. Pero finalmente la compañía decidió que valía la pena el esfuerzo de desarrollar su propio coche y su propia tecnología desde cero.
Pero aquí Apple se golpeó con una realidad a la que muchas otras compañías tecnológicas y de automoción han tenido que enfrentar: para lograr la conducción autónoma total hace falta recabar una cantidad descomunal de datos para entrenar a una inteligencia artificial. La única forma real de hacerlo es por medio del recorrido de coches en el mundo real.
El analista Adam Jones, de Morgan Stanley, considera que si Apple hubiese puesto a la venta un coche eléctrico, para ser realmente disruptivo, debió ser lanzado sin volante y sin pedales, 100 % autónomo. Pero según el Washington Post, la compañía tenía apenas 67 coches circulando y probando capacidades autónomas recorriendo un total de 724.000 kilómetros entre diciembre de 2022 y noviembre de 2023.
En comparación, Los 5,5 millones de coches de Tesla que circulan por todo el mundo graban y envían datos equivalentes a 2.683 kilómetros cada segundo. Es decir, casi 85.000 millones de kilómetros anuales que pueden ser convertidos a datos para entrenar a la inteligencia artificial detrás de la conducción autónoma total de la compañía.
Jones calcula que en 2030 la flota de coches de Tesla circulará un equivalente a 643.000 millones de kilómetros anuales, casi dos mil millones de kilómetros al día o 20.000 kilómetros por segundo, que pueden ser analizados y utilizados para el aprendizaje de la inteligencia artificial. Aunque ahora no lo vemos, esto le dará una ventaja inmensa a Tesla sobre cualquier otra compañía automotriz, al tener el mayor dataset para la conducción autónoma total y probablemente uno de los elementos más diferenciales y lucrativos para la compañía en el futuro.
Es posible que este sea uno de los motivos por los cuales Apple decidió enfocarse en el desarrollo de un coche eléctrico y desde ahí construir, poco a poco, sus esfuerzos de conducción autónoma total. Pero con una fecha aproximada de lanzamiento del coche de 2028 a 2030, parece que hubiese llegado demasiado tarde.
3. El proyecto del coche eléctrico de Apple era una excusa para evitar el éxodo de talento dentro de la compañía
Otra de las revelaciones más interesantes del reporte del NY Times es que parte del motivo por el cual se aprobó el inicio del proyecto del Apple Car fue para evitar el éxodo masivo de ingenieros a Tesla y otros esfuerzos relacionados con la movilidad eléctrica o la conducción autónoma total.
“En aquel momento, la compañía estaba lidiando con cada vez más preguntas de sus ingenieros más senior sobre cuál sería el siguiente gran proyecto de Apple. Acababan de finalizar el desarrollo del Apple Watch y muchos buscaban algo nuevo en qué trabajar. Tim Cook, el CEO de la compañía, aprobó el proyecto en parte para evitar un éxodo de empleados a Tesla”, explica el reporte.
También hubo mucha presión por la industria en general. En 2014, Tesla empezaba a hablar de la conducción autónoma total y Google empezó a probar sus prototipos en las calles de California. Apple no quiso quedarse atrás.
El futuro de las tecnologías desarrolladas para el Apple Car
El proyecto del Apple Car está muerto, pero muchas de las tecnologías desarrolladas se manifestarán en otros dispositivos y otras iniciativas de la compañía. Muchas las veremos en las siguientes generaciones de CarPlay, pero según el NY Times, también se integrarán en futuros productos como AirPods con inteligencia artificial o realidad aumentada.
De momento Apple está totalmente enfocada en su siguiente gran producto, los Vision Pro y el futuro de la computación espacial, donde queda mucho trabajo por hacer para miniaturizar y para reducir el precio del dispositivo.
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