El central azucarero Ecuador, un «Hércules» convertido en chatarra

La Habana/Un «Hércules con achaques», así describió este domingo la prensa oficial al central azucarero Ecuador, de Ciego de Ávila, que para estas fechas ya debería haber acabado la campaña de invierno. Las dificultades con los insumos y la desmotivación de los trabajadores por los salarios deficientes, sin embargo, han echado por tierra las esperanzas de remontar la producción de este año.

«Los datos esenciales del (…) único central de la provincia que ha logrado insertarse en la contienda no son alentadores. De un plan general de 8.340 toneladas de azúcar crudo, el pasado día 14 debían acumular 5.831, pero la cifra real de 2.261 indica que apenas se logró el 38,7%», resume Invasor sobre una campaña que no debía durar más de un mes y ahora ha sido extendida hasta marzo. 

«La zafra aquí debía ser corta y eficiente, lo previsto eran 29 días de labor, sin embargo, el mandato y el compromiso de cumplimentar la entrega planeada anuncian que las hostilidades se prolongarán hasta el tercer mes del año. Los más duchos afirman que será la menor producción en más de un siglo de existencia de la fábrica», pronostica el medio.

Los directivos, que conversaron con el periódico tampoco ofrecieron mejores noticias. En el área de generación de vapor, la primera caldera no tiene junta y la segunda tiene un salidero, explica Yurkiel Reyes, administrador del central. 

A ello se suma el «déficit de luces extraordinario, de útiles cortantes –cuchillas, brocas, machos–, material para eliminar roturas y crear piezas de repuesto, cabillas de 15 hasta 80 milímetros, insuficientes bronces, no tenemos segueta mecánica», añade el mecánico Ramón Caballero, quien se queja además de que, por mucho que quieran hacer, la escasez de insumos «hace que el tiempo de solución hasta se duplique». 

Cada vez que llueve, reclaman los mecánicos, un «chorro de agua» les cae encima y la humedad ha ido deteriorando las máquinas

No obstante, los obreros están claros de que ese es el menor de sus problemas. Cada vez que llueve, reclaman los mecánicos, un «chorro de agua» les cae encima y la humedad ha ido deteriorando las máquinas. «Está ahí hace rato porque, en parte, es falta de preocupación». 

Según explican los trabajadores, la zafra es una tarea fuerte pero en la que muchos aspiran a ganar más dinero en pocos meses. Sin embargo, los salarios de esta contienda tampoco han estado a la altura. 

«Si todos los días sacamos una cantidad de azúcar que ande por las 140 toneladas, hay resultados y los trabajadores se motivan más. El salario medio podría estar entonces sobre los 10.000 pesos». Desgraciadamente, añade Invasor, «el panorama dista de ser el deseado». A ello se suman los gastos de los trabajadores del sector en alimentación y ropas adecuadas: «En el kiosko del central los precios no se corresponden con los ingresos salariales (…) : pan con hamburguesa, 75 pesos; con chorizo, 46; con pasta, 33; si se pretende consumir arroz blanco, ensalada de tomate y chorizo, el desembolso de turno asciende a 105 pesos», calcula el medio.

Por otra parte, una muda vale 1.317 pesos. «No he podido comprar la camisa, solo adquirí los zapatos y el pantalón», dijo uno de los obreros a Invasor. «La respuesta que nos dan es que esa ropa viene de una mipyme, pero de eso, ¿qué culpa tenemos nosotros?

La falta de personal es otro de los problemas que golpean al Ecuador. «Necesito por lo menos seis jóvenes para formarlos como torneros, porque, al paso que vamos y con el envejecimiento, no podremos contar con ninguno. Encima de eso, hay plazas que se han racionalizado incorrectamente», señala uno de los mecánicos.

Ante la grave situación, los directivos han debido incluso buscar trabajadores en centrales cercanos, como el Primero de Enero, pero «el déficit de fuerza especializada impacta en los resultados», reconoce Invasor.

Con el 27% del tiempo destinado a la zafra perdido en paradas por roturas o retrasos –agravados también por la falta de combustible e insumos–, los «malabares» de los directivos por alcanzar las metas proyectadas son insuficientes. Ni «entrándole con todos los hierros», los obreros del central Ecuador podrán «exprimirle la eficiencia al ingenio».