La Habana/Pese al intenso frío que azota su país en enero, los canadienses han perdido algo de su tradicional entusiasmo por las playas cubanas. Siguen siendo los más numerosos en viajar a la Isla –fueron 127.172 el mes pasado, de un total de turistas de 259.898–, pero llegaron menos que en enero del año anterior.
En contraste con las otras nacionalidades, los rusos duplican su presencia en comparación con el mismo mes de 2023 y compensan las bajas registradas por los canadienses y los europeos.
Se trata de un arranque de año «pésimo», valora el economista cubano Pedro Monreal, que analizó las cifras publicadas este viernes por la Oficina Nacional de Estadística e Información (Onei). Si bien el número de turistas aumentó un 4,3% con respecto al mismo mes de 2023, indicando cierta recuperación, el dato es un 47% menor que el de enero de 2019, antes de la pandemia de coronavirus, y apenas un 55% del promedio de los turistas recibidos entre 2017 y 2019.
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Según el análisis del economista Pedro Monreal, el año en Cuba para el turismo ha arrancado de manera «pésima»
La otra cifra inquietante es el número de visitantes canadienses, unos 127.172, menor que en enero de 2023, cuando se recibieron 129.444. También disminuyó el número de cubanoamericanos que viajaron a la Isla, unos 21.910, superados por los 22.272 turistas rusos registrados por la Onei, que duplicaron a los 10.272 del mismo período de 2023.
También cayó el número de visitantes procedentes de Alemania (6.202), Reino Unido (6.077), Francia (5.992), Italia (4.588) y España (4.490), las cinco fuentes principales de turistas europeos a Cuba. Enero es tradicionalmente uno de los mejores meses para el turismo en Cuba, por lo que las cifras registradas por la Onei durante esta temporada alta no auguran un buen 2024.
El Gobierno cubano anunció que se propone recibir a 3,2 millones de turistas este año, para lo cual ha redoblado sus campañas de promoción, aumentado sus conexiones aéreas e impulsado la construcción de nuevos hoteles o la rehabilitación de alojamientos existentes. Es el caso del del hotel Meliá de Trinidad o del Mystique Saratoga, que abrirá sus puertas este 1 de marzo en Holguín con la gestión de la compañía canadiense Blue Diamond.
La empresa se propone absorber a otros hoteles bajo el paraguas de Blue Diamond y formar un «complejo boutique de alto estándar» que tiene en la mirilla a los visitantes canadienses. En Holguín, la hotelera ya maneja el hotel Grand Memories Holguín –ubicado en la paradisíaca península de Ramón de Antilla– y el Sanctuary at Grand Memories.
Blue Diamond también ha anunciado que administrará parte de un club náutico en la provincia oriental y ha hablado de un proyecto descomunal con 19.000 habitaciones –un objetivo «a largo plazo», aclara– en Ramón de Antilla, además de una instalación en la playa de Yuraguanal, con 600 alojamientos.
La expansión de Blue Diamond y la fidelidad de los viajeros canadienses es clave para la recuperación del turismo en la Isla, cuyo ministro, Juan Carlos García Granda, pretende convertir de nuevo en la «locomotora que arrastra la economía» del país.
La cartera de García Granda lleva varios años de promesas no cumplidas y reajustes en sus pronósticos. En 2022, previó que la Isla recibiría a 2,5 millones de viajeros, que debió rebajar a 1,7 millones. Aun así, Cuba solo logró atraer a 1,6 millones de turistas, tras un catastrófico 2021 (356.470 viajeros) y mirando de lejos a los 4,2 millones que llegaron al país en 2019. En el contexto caribeño, cuyos destinos –como República Dominicana, que este enero recibió más de 1 millón de viajeros– están registrando récords históricos de visitantes tras la pandemia, Cuba se queda muy por debajo.
La cartera de Juan Carlos García Granda lleva varios años de promesas no cumplidas y reajustes en sus pronósticos
Pero ni siquiera en Canadá, donde Cuba cifra sus esperanzas, el futuro parece favorable. Un síntoma de la pérdida de prestigio de la Isla en el país norteamericano son las declaraciones y campañas de la parlamentaria Stephanie Kusie, del Partido Conservador, que durante una visita a Miami este jueves urgió a los canadienses a diferenciar entre la «cultura cubana» y el «régimen» que impera en la Isla.
Kusie, que se reunió con varios líderes del exilio cubano, venezolano y nicaragüense en Estados Unidos, aseguró que había que «educar» a los canadienses. La diputada se reunió, además, con la congresista cubanoamericana María Elvira Salazar. «Es hora de que dejemos de romantizar esta dictadura y vayamos más allá de las mentiras para ver qué está pasando realmente en Cuba. Tengo buenas noticias para los cubanos. Pueden esperar más apoyo de sus amigos canadienses», dijo Kusie.
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