¿Rancheros o dulces? Carolina deleita a todos con sus ricos tamales, la historia

Los tamales de mole, fresa, piña, rancheros, salsa roja y verde y queso con rajas, de Carolina Castillo Viveros son una parada obligada para quienes transitan por la avenida Xalapa, a la altura de las oficinas centrales del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), de esta ciudad.

Quienes laboran en alguna de las dependencias federales ubican muy bien el negocio de tamales que tiene varios años de funcionar en este lugar. Así que en cuanto, doña Carolina destapa su humeante tamalera en la que trae divisiones para los distintos sabores que vende, comienzan a llegar los clientes.

La rutina de Carolina vendiendo tamales

Ella comenta que llega puntualmente poco antes de las 9 horas cuando comienza la actividad en las oficinas. Si bien, tiene comensales cautivos en las dependencias, también entre quienes llegan a realizar distintos trámites se acercan a preguntar ¿de cuáles tiene? Es cuando abre su tamalera y les muestra los envueltos de masa en hojas de plátano y maíz.

Cada día le traen para la venta alrededor de 150 tamales surtidos. Aunque todos se venden por igual, los que se acaban antes son los rancheros de carne de puerco.

Ella permanece en este lugar hasta las 3 de la tarde, pero hay días que los vende antes y se retira. De lo contrario espera la salida de los oficinistas para vender los que no haya logrado comercializar durante las horas anteriores.

Costo estable

Pese a que se ha incrementado los costos de sus insumos, carne, hojas, masa, manteca, mantequilla, chiles y jitomates, ella sigue manteniendo el costo de los tamales en 15 pesos desde hace un año, aproximadamente.

Aumentar el costo en este momento sería lastimoso para su clientela, por lo que hacen el sacrificio de ganar menos, pero es un ingreso seguro y eso hay que agradecer.

La situación de las alzas de precios a los alimentos les pega a todos, por lo que considera que si eleva su costo o baja la calidad de los tamales pueden dejar de comprarle y eso no es bueno para el negocio.

Indica que espera que para los días previos y posteriores a la celebración del Día de la Candelaria, el próximo 2 de febrero, en que se acostumbra comer tamales, le vaya muy bien y reciba pedidos de más de 20 piezas.

Cada año hay pedidos grandes, pero como está la situación no quiere hacerse muchas ilusiones de que le irá muy bien.

Sin embargo, comenta que sus esperanzas están puestas en esa celebración para duplicar al menos sus ventas de 150 tamales diarios.