Invisibles para miles de personas, personas en situación de calle aseguran ser víctimas de discriminación y falta de apoyo para poderse mantener, recibir tratamiento médico y regresar a la vida productiva.
Aunque muchas de estas personas no quieren o pueden entablar diálogo, algunas si acceden a compartir sus testimonios y aseguran que la precariedad económica empeora su situación al grado de no tener cómo pagar alimentos, comidas o vivienda.
“LA GENTE NO SE TE QUIERE NI ACERCAR”
Nadie sabe su nombre, ni él mismo, pero está perfectamente ubicado por quien labora o acude con regularidad al centro de Xalapa por su aspecto descuidado y mal olor. Duerme en la calle, «donde le agarre la noche» y carga con un par de cobijas y chamarras sucias.
- CHECALO -
El hombre, que se ha vuelto invisible a la mirada de miles de personas que diariamente pasan a su lado, usa dos palos con los que se apoya para caminar y un vaso de unicel donde mete las paletas de dulce de corazón que vende. «La gente en lugar de que te ayude, te dice feo», dice y agrega que no se acuerda de su nombre ni de cuántos años tiene.
Accede a platicar y remarca que la gente no se le quiere acercar ni ayudar a pesar de que por un accidente de pequeño quedó imposibilitado para trabajar. Apenas menciona que las cobijas se las regaló una joven, pero que no son suficientes para sentir menos frío en estas fechas en que Xalapa ha resentido las bajas temperaturas.
-¿Le han ofrecido irse a algún refugio? -No, pues no han venido
Para comer vende sus paletas de dulce en dos pesos, pero le compran dos o tres al día, lo que es insuficiente para juntar algo de dinero y comprar alimento.
«La gente no me da dinero, ropa menos. Nada. Yo solo pido que me apoyen, pero dicen que no tiene y me dicen que trabaje, pero yo no puedo trabajar porque estoy enfermo. Me atropellaron más chico y me lastimaron la columna y no puedo caminar. Estoy como discapacitado».
Aunque su madre vive, también está enferma y se ayuda de la venta de las paletas de dulce también, aunque ella sí está en un albergue «de los hermanos». Así se refiere a la congregación que asegura proviene de Argentina y que le ha ayudado un poco.
Las personas que trabajan o caminan con regularidad en el parque Juárez lo conocen ya y si bien vendedores de comida llegan a regalarle algo para alimentarse no es siempre porque el olor que despide es cada vez más fuerte y se ha vuelto molesto para algunos de ellos.
DEPRESIÓN Y FALTA DE APOYOS, LOS RETOS DE GUADALUPE
También en la zona centro se ubica don Guadalupe Barrales Juárez de 58 años, quien anda por las calles del centro desde hace algunas semanas pidiendo ayuda en su silla de ruedas.
La mujer perdió las piernas a causa de la diabetes; su situación le ha provocado malos tratos y hasta insultos de gente a la que se le ha acercado y se molesta.
«El otro día allá por la avenida Xalapa, pasó una motocicleta y con una grosería me dijeron ‘hazte a un lado tullido’, pero es la necesidad que tengo y porque no puedo trabajar y porque cada vez distingo menos, veo borroso».
Guadalupe, originario de Perote, hizo por muchos años recuerdos para vender, pero la diabetes se le fue complicando y ahora es difícil poder trabajar.
«Yo pido una monedita para poderme sostener, para mi insulina, mi medicamento porque yo vivo solo, ya no tengo padres, ya no tengo a nadie y trato de ver porque ya veo nublado e incluso me he caído, pero tengo que buscarle».
Hay días que ha tenido que dormir en la terminal de autobuses, aunque en este momento renta un cuartito que puede pagar con lo que la gente le da, lo que es cada vez más difícil.
“Tiene pocos días que ando acá, voy a hacer 15 días, yo andaba por Martínez de la Torre, aunque soy nativo de Perote. Lo que pasa es que ando pidiendo una monedita para poderme sostener”.
Guadalupe vivió un momento de depresión luego de que le era imposible regresar a trabajar y no tener ayuda de nadie, pero poco a poco su situación ha mejorado.
“Desgraciadamente desde que caí en mi enfermedad del azúcar no puedo hacer nada. La verdad doy gracias a Dios porque ya me había entrado la depresión bastante porque el no tener ayuda de mi familia porque no tengo, me pasaba hasta dos o tres días sin comer. Voy a hacer 11 años así. Hay personas que sí me apoyan, aunque sea poquito, creo que por mi situación debe uno buscarle, unos días en un lado y otros en otro, porque como discapacitado como que le cae uno mal a la gente por lo mismo de que está uno en un lugar del diario”.
Don Guadalupe está pidiendo ayuda para una silla de ruedas dado que con la que cuenta y que le regalaron, está ya muy desgastada. Para ello, hizo un llamado a la ciudadanía que pueda ayudarlo a donarle alguna. Lo pueden encontrar en el parque Juárez.
CENTRO DE XALAPA, EL LUGAR CON MÁS PERSONAS VIVIENDO EN LA CALLE
Solo en el parque Juárez son entre seis y 10 personas las que atraviesan por una situación de calle, algunas de ellas con problemas mentales que no tienen ningún tipo de atención especializada, esto según estimaciones de comerciantes de este sitio.
“Yo creo que sí es necesario apoyarlos un poco más, brindarles un poco más ya no tanto en el sentido de un lugar donde vivir sino hasta con ayuda psicológica porque por alguna razón las personas que están bien mentalmente no se quieren mover y alguna razón debe haber”, dice Pablo, uno de los boleros con más experiencia en el centro de Xalapa con 29 años trabajando allí.
Agregó que desde hace seis meses un hombre en situación de indigencia llegó al parque Juárez, que según sabe, fue sacado de un albergue “porque es muy grosero, a la gente le falta el respeto con improperios y no debería ser porque se supone que estamos en un parque familiar (…)”.
Aunque dice que nadie sabe cómo se llama, no es el único en esa condición, pues tienen ubicados a por lo menos tres personas más.
“El número es más o menos el mismo desde hace años, solamente van cambiando las personas, el que se mantiene es El Chino, (joven con problemas mentales que deambula por el centro de Xalapa), pero él anda en su rollo y no se mete con nadie”.
En su opinión, aunque las autoridades municipales y estatales podrían hacer algo por esas personas “no se tiene la voluntad para ello”.
“Como nadie pone un remedio como tal, es por eso que se arma el relajo aquí y no debería ser porque es un parque familiar, afecta la imagen porque mucha gente deja de venir, ¿para qué exponer a tus hijos? Eso aunado a lo de las patinetas, que es otro problema”.
OTROS LUGARES CON POBLACIÓN VIVIENDO EN LA CALLE
Otra zona de la ciudad donde también hay presencia de personas en situación de indigencia es la conocida como Los Lavaderos de Ruiz Cortines. En la zona se observa incluso ropa y zapatos tirados o colgados de personas que no tienen hogar y acuden a dormir a ese espacio.
Los vecinos hicieron un llamado a las autoridades para no descuidar esa parte de Xalapa pues sostienen que pese a ser un espacio tradicional donde siguen acudiendo algunas personas a lavar, está olvidado.
Dijeron que personas en situación de calle ocupan ese espacio para hacer sus necesidades fisiológicas por lo que permanece sucio, con mal olor y descuidado.
El camellón de la Avenida Xalapa también es ocupado sobre todo por jóvenes limpiaparabrisas que al terminar su jornada se quedan a dormir allí.
Transeúntes aseguran que también dejan sus pertenencias en esta zona de la ciudad pues varias de estas personas no tienen donde dormir y tampoco han sido atendidos por parte de las autoridades; una situación similar ocurre en lugares como el puente del retorno hacia la Central de Abasto en el sur de la ciudad.
De acuerdo con las autoridades, algunas de estas personas son familias de migrantes que están de paso por Xalapa, aunque su estancia en ocasiones se prolonga.
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