En Veracruz, la población indígena que más sufre exclusión es la asentada en la región metropolitana de la Huasteca, pues ha sido marginada en cuanto a inversión gubernamental en infraestructura, equipamiento urbano estratégico, vías de comunicación y apoyos para la producción, concluye investigación de Rafael Vela Martínez.
El integrante del Instituto de Investigaciones de Estudios Superiores, Económicos y Sociales de la Universidad Veracruzana manifiesta la necesidad de que esta región sea considerada como “unidad de planeación territorial”.
Con esta categoría, las autoridades tendrían que orientar las inversiones en búsqueda de la generación de condiciones para un desarrollo integral, explicó en la presentación de los dos primeros libros de una colección de siete tomos sobre «Condiciones socioeconómicas de los municipios indígenas del estado de Veracruz”.
En El Colegio de Veracruz expuso que la obra en general plantea estrategias regionales para acabar con la pobreza en Veracruz, a partir de aprovechar la riqueza de las Zonas Metropolitanas de la entidad.
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Al ahondar en el norte del estado, detalló que de los 14 municipios indígenas que conforman esta región metropolitana de Huasteca, ocho registran un grado de marginación alto; cinco, un grado muy alto, y solamente Citlaltépetl tiene un grado de marginación menor.
Detalló que aunque la mayoría de los municipios se dedica a la agricultura, existe una grave dependencia alimentaria; “no son autosuficientes”.
“La Federación controla mediante las aportaciones el 70 por ciento de los recursos, mismos que están etiquetados; es decir, el gobierno federal indica a los ayuntamientos en qué, cuánto y dónde invertir, y sólo les deja menos del 30 por ciento en participaciones, de las cuales un 75 por ciento son sueldos y salarios”.
Apunta que la población de esta región, aun asentada en demarcaciones político-administrativas, tiende a mantener una cohesión que no es limitada por dicha división, pues sus municipios están unidos por aspectos de origen, históricos, culturales, ambientales y socioeconómicos, presentes en forma viva.
Sobre las generalidades, informa que una cantidad elevada de la población ha migrado hacia Estados Unidos y envía remesas a sus familiares, las cuales ascienden en promedio al 65 por ciento del total de los registrados para los municipios de la región.
El también académico señala que a pesar de la exclusión, han mantenido su resistencia a desaparecer, por lo que es de reconocerse su heroísmo frente a una permanente ofensiva por tratar de imponerles diferentes formas de pensar y de concebir el desarrollo y bienestar.
Subraya que si se valida como “unidad de planeación territorial”, se permitirá rescatar el territorio para quienes lo habitan, al tiempo que se reconocerá que los municipios indígenas, además de proveer de alimentos básicos como el maíz, el frijol y algunos cárnicos para las áreas urbanas, también son productores de oxígeno y de agua.
Además, se lograría entender que su actividad productiva, vinculada al sector agropecuario y de conservación de bosques, asegura un “buffer” ambiental que regula la temperatura de las grandes ciudades y cabeceras municipales.
En «Condiciones socioeconómicas de los municipios indígenas del estado de Veracruz” también aparecen como autores Josefa Carolina Fortuno Hernández, Mario Raúl Mijares Sánchez, Ángel Toledo Tolentino y Leonardo Daniel Rodríguez Hernández.
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