Hay varias cosas que los seres humanos no leemos prácticamente nunca, pero sobre todo destacan dos: la letra pequeña (no importa de qué) y los prospectos de los medicamentos. Es cierto que a veces leer los efectos secundarios puede provocarnos más de un arranque hipocondríaco. No obstante, al menos la posología, las contraindicaciones y las interacciones con alimentos y otros fármacos sí deberíamos comprobarlas. Así, sabríamos que hay medicamentos que no se deben tomar junto a comidas o bebidas. Pero, incluso para los que sí se puede, algo que no solemos pensar y que a veces ni siquiera se incluye en el prospecto es que solo deberíamos tomar las pastillas con un vaso de agua.
Normalmente, en la posología, además de la dosis, se explica cómo tomar las pastillas. “Con abundante agua” o “con un vaso de agua”. Tanto si lo pone como si no, damos por hecho que si tenemos a mano un refresco, un zumo o un café, no nos hará daño. Total, solo sirve para que no nos atragantemos con la pastilla. O eso es lo que pensamos. Pero la realidad es mucho más compleja.
Si no tomamos las pastillas con un vaso de agua, podemos afectar al tiempo de desintegración. Eso supone que el fármaco no nos hace el mismo efecto y, como tal, la afección o el síntoma que pretendemos tratar puede no resolverse con normalidad.
¿Por qué solo debemos tomar las pastillas con un vaso de agua?
Aunque ya había investigación previa sobre los motivos por los que solo debemos tomar las pastillas con un vaso de agua, el estudio más exhaustivo al respecto se llevó a cabo en 2021, en Arabia Saudí.
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Sus autores decidieron comprobar los efectos de mezclar las combinaciones de cinco fármacos y cinco bebidas distintas. Para lo primero seleccionaron cinco medicamentos de venta libre en este país: Fevadol, Solpadeine, Relaxon, Artiz y Bufen. El primero está compuesto por paracetamol, el segundo por paracetamol y codeína, de manera que se utiliza para los procesos catarrales. En cuanto al segundo, es un relajante muscular, mientras que el tercero es un antihistamínico y el último simplemente ibuprofeno.
Aunque en otros países, como España, no se comercialicen con esos nombres, son compuestos que casi todo el mundo ha tomado alguna vez. ¿Pero lo hemos hecho de la forma adecuada?
Estos científicos procedieron a mezclarlos con Coca-Cola, café arábica, suero de leche, zumo de naranja o una bebida energética. Además, compararon el tiempo de desintegración de cada uno de ellos si se mezclaba con agua, tanto a 5ºC como a 37ºC.
Los resultados demostraron lo que ya se intuía. Que solo deberíamos tomar pastillas con un vaso de agua. En el caso del fevadol, la solpadeína y el relaxon, todos los tiempos de desintegración aumentaron significativamente en comparación con el agua. Con el ibuprofeno ocurrió lo mismo con todas las bebidas, salvo con el café, con el que apenas hubo diferencias. Finalmente, para el artiz, el tiempo de desintegración aumentó con todas las bebidas, salvo con la bebida energética y el refresco de cola.
¿Por qué es esto malo?
La desintegración es la descomposición completa de un fármaco en un medio líquido. Ese medio no solo incluye los que se encontrará una vez que pase a nuestro tracto digestivo. También se tiene en cuenta el líquido junto al que se ha tomado la pastilla.
Por otro lado, cabe destacar que la desintegración es el paso previo a la disolución del medicamento, en la que este puede ser absorbido y empezar a ejercer su función. Por lo tanto, es esencial que se desintegre por completo y que lo haga en un tiempo determinado, que se calcula a la perfección en los laboratorios farmacéuticos. Pero estas pruebas se realizan con agua. No se tiene en cuenta la interacción con otras sustancias.
Por eso, si no tomamos las pastillas con un vaso de agua, puede que el tiempo de desintegración sea más largo del que se ha calculado y, por lo tanto, el medicamento no esté disponible en el tiempo adecuado.
El caso concreto de las bebidas carbonatadas
De todas las bebidas con las que no deberíamos tomar ningún fármaco, las más graves son posiblemente el alcohol, por motivos obvios, y las carbonatadas.
Estas últimas incluyen refrescos con burbujas, como el de cola. El problema es que esas burbujas las tienen gracias al ácido carbónico, una sustancia que, como su propio nombre indica, tiene un pH ácido. Al interaccionar con los fármacos, interfieren con su absorción en el organismo de dos formas distintas. Con algunos fármacos, aumenta su absorción. Es decir, se obtiene una dosis mayor de golpe, de manera que se puede producir toxicidad. En otros, en cambio, se disminuye la absorción, de manera que se reducen sus efectos beneficiosos.
Por eso, a la hora de tomar un medicamento, sea cual sea, para curarnos en salud lo mejor siempre es tomar las pastillas con un vaso de agua. No afecta al sabor, se traga fácilmente y es lo mejor para nuestra salud. Todo son ventajas.
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