A poco más de 10 kilómetros del lugar del que miles de cubanos huyen de la Isla en lanchas y precarias embarcaciones y donde hace 14 meses fallecieron siete balseros tras ser embestidos por las Tropas Guardafronteras, Miguel Díaz-Canel comenzó este jueves faltando a la verdad en su primera gira por la Isla de 2024. El mandatario afirmó en Bahía Honda, Artemisa, que las medidas gubernamentales para «dinamizar la economía» «están anunciadas y no hay ninguna aplicada».
El presidente ignoró así que el 1 de enero entraron en vigor algunas de ellas, las (estas sí, esperadas) subidas salariales para el personal de Educación y el de Salud, y las tributarias, que ponen fin a exenciones de impuestos sobre las importaciones de productos de consumo por las empresas privadas, aunque sí las mantienen para las materias primas.
Puede alegar Díaz-Canel que se refería a las subidas del precio de los suministros y algunos servicios básicos –luz, gas, transporte y combustibles–, que son las que más han agitado a la población, pero en ese caso tampoco atinaba. «No ha cambiado nada. Lo otro es que cada medida se va a aplicar en el momento en que estén creadas las condiciones», especificó.
- CHECALO -
A menos que el Gobierno dé marcha atrás respecto a sus anuncios, esas subidas ya tienen un horizonte de aplicación marcado
A menos que el Gobierno dé marcha atrás respecto a sus anuncios, esas subidas ya tienen un horizonte de aplicación marcado. El 1 de febrero entran en vigor los nuevos precios de los combustibles, que suponen alzas en torno a un 500%, mientras que la luz, el gas y el transporte lo harán desde el 1 de marzo, según han detallado los ministros de cada área en televisión, donde han asistido presuntamente para aclarar dudas a la población.
Pero las palabras de su jefe ponen en cuestión si se ha logrado esa claridad buscada. «Hay mucha bola con las medidas económicas, y yo sé que eso va creando mucha incertidumbre; y sobre todo la contrarrevolución está demeritando mucho las medidas», agregó mientras era él quien sembraba la duda sobre algo que parecía claro hasta la fecha.
«Cada medida, incluso las que tengan que ver con subidas de tarifas o precios, van a tener un tratamiento para las personas que podrían ser más afectadas», expuso mientras pedía a la población que tuviera «confianza en la manera en que el Gobierno va a llevar las medidas, porque hay mucha contrarrevolución montada y tergiversando el contenido». Díaz-Canel aseguró, sin embargo, que las medidas son duras pero hay que aplicarlas «porque si no, no ordenamos la economía».
El mandatario volvió a pisar un terreno que genera infinidad de cuestiones al decir que «siempre se va a tener en cuenta a los vulnerables», un mensaje en el que se ha insistido desde el primer momento sin que se sepa qué criterios harán entrar a un ciudadano en esa categoría, cómo se mantendrá un registro, si estará estratificado o cómo se verificará el cumplimiento de los estándares en una población acostumbrada a vivir en el mercado negro y huyendo del radar de las autoridades.
Díaz-Canel se centró en ser específico solo sobre las que sí tienen ya tasados los criterios, como es la subida de la luz, que afectará a «pocas personas», por dirigirse específicamente a quienes más consumen,más de 500 kWh en el mes, un 6% de la población
«Todas las medidas –insistió– van a tener un tratamiento diferenciado para los vulnerables. Y lo que les pedimos es que ustedes estén muy atentos a lo que se explica».
En su periplo por Bahía Honda, el dirigente visitó un preuniversitario, una casita infantil, una empresa agroazucarera y un centro de elaboración de alimentos mientras, según la prensa oficial, «en la calle seguía esperando el pueblo, de donde salían expresiones de apoyo y firmeza».
«Hay que trabajar. Hay que trabajar y hay que producir, y hay que crear riqueza y repartirla lo más equitativamente posible», dijo el presidente, para quien «eso es justicia social y ese es el socialismo»
Después del habitualmente calculado baño de masas, Díaz-Canel se reunió con las autoridades del territorio, a quienes insistió en la importancia de la zafra y la producción de alimentos en una provincia de las que más exportan al resto.
Roberto Morales Ojeda, miembro del Buró Político y Secretario de Organización del Comité Central del Partido Comunista, que acompañaba al dirigente, llamó la atención sobre la necesidad de «rectificar un grupo de desviaciones relacionadas con indisciplinas y fenómenos que no tienen nada que ver con lo que se quiere para una mejor sociedad» y así se completó la primera visita, con una dosis de voluntarismo.
«Este año lo tenemos que hacer mejor. Pero lo tenemos que hacer mejor trabajando nosotros duro. Hay que trabajar. Hay que trabajar y hay que producir, y hay que crear riqueza y repartirla lo más equitativamente posible», dijo el presidente, para quien «eso es justicia social y ese es el socialismo».
«En este país hay suficiente dignidad, talento y voluntad», agregó, y se fue de vuelta al Palacio de la Revolución.
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