La paz entre OpenAI y los reguladores italianos pende de un hilo. El Garante per la protezione dei dati personali (GPDP) ha acusado otra vez a ChatGPT de violar las leyes europeas de protección de datos personales, lo cual podría abrir la puerta a un nuevo bloqueo al chatbot de inteligencia artificial en ese país.
En un comunicado divulgado a través de su web, el organismo indicó que la investigación posterior a la suspensión de ChatGPT en Italia arrojó evidencias de aparentes violaciones al Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea (GDPR).
Ahora, OpenAI tendrá 30 días para disputar los hallazgos del GPDP y demostrar que las supuestas infracciones no han sido tales. Por lo pronto, las autoridades italianas no especificaron cuáles podrían haber sido las transgresiones cometidas por ChatGPT. Aunque sus desarrolladores aseguran haber tomado medidas para evitar nuevas faltas vinculadas con la recopilación y el uso de datos personales en la región.
En un comunicado enviado a TechCrunch, los de Sam Altman ratificaron su compromiso con el cumplimiento del GDPR. Como así también sus esfuerzos para disminuir lo máximo posible el entrenamiento de ChatGPT usando datos personales.
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«Queremos que nuestra IA aprenda sobre el mundo, no sobre individuos privados. Trabajamos activamente para reducir los datos personales en la capacitación de nuestros sistemas como ChatGPT, que también rechaza solicitudes de información privada o sensible sobre las personas», indicó OpenAI.
ChatGPT está de nuevo en el punto de mira de los reguladores italianos
Cuando Italia bloqueó ChatGPT en marzo de 2023, lo hizo bajo el argumento de que el chatbot de OpenAI recolectaba información personal de forma ilícita. Además, criticó a la herramienta de inteligencia artificial por no contar con un sistema para verificar la edad de sus usuarios. Por ende, consideraban imposible que se aplicara la restricción que impedía que menores de 13 años accedieran a la plataforma.
El veto italiano a ChatGPT duró poco menos de un mes. OpenAI ofreció garantías que permitieron que se levantara la prohibición temporal, pero la investigación formal del GPDP siguió su curso. Quedará por verse si las respuestas que ofrece la startup californiana son suficientes para calmar a los reguladores. O si la situación escala hacia un nuevo castigo.
Todavía no queda claro si, en caso de no rebatir los argumentos regulatorios, ChatGPT deberá dejar de funcionar definitivamente en Italia. O si la compañía tendrá que aplicar nuevos cambios al funcionamiento del chatbot para mantenerlo activo, además de afrontar el pago de una suculenta multa.
En marzo pasado, el GPDP había establecido una penalización de 20 millones de euros o el 4 % de la facturación global anual de OpenAI, si la compañía no satisfacía los requerimientos estipulados. Si bien a primera vista puede parecer una suma no demasiado elevada para la compañía, considerando que cuenta con el apoyo financiero de Microsoft, un castigo de este tipo sentaría un precedente importante en la región.
Italia no es el único país europeo que hoy tiene a ChatGPT en el punto de mira por aparentes violaciones al GDPR. En septiembre pasado, Polonia inició una investigación formal contra OpenAI por este asunto. La Oficina de Protección de Datos Personales de ese país acusó a los californianos de procesar datos de los usuarios de forma «ilegal y poco confiable». Además, criticó las reglas de la compañía para llevar a cabo dichas tareas y las tildó de «opacas».
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