El dolor de la menstruación se ha considerado durante mucho tiempo como una mezcla de tabú y exageración. “No será para tanto”. Afortunadamente, con el tiempo se le está empezando a dar más importancia. En algunos países, como España, se han considerado las bajas laborales por este motivo y, en general, ha aumentado la investigación en torno a algunas de las afecciones que empeoran ese dolor. Una de ellas, la más conocida, es la endometriosis. Aun habiendo aumentado la concienciación e investigación sobre ella, los diagnósticos siguen retrasándose demasiado en muchas ocasiones. Pero peor aún es el caso de la adenomiosis, otra afección relacionada con los dolores menstruales mucho menos conocida y más difícil de diagnosticar.
En el caso de la endometriosis, esta se produce cuando el tejido que recubre el útero, llamado endometrio, se desarrolla en otras regiones fuera de este órgano. Como resultado, se producen menstruaciones muy dolorosas y sangrados intensos. Además, en caso de embarazo, es más habitual que se produzcan embarazos ectópicos, en los que el embrión se implanta fuera del útero, y abortos espontáneos. En cambio, con la adenomiosis lo que ocurre es que ese tejido endometrial se desarrolla en el útero, pero en la capa incorrecta. En vez de en el endometrio, en una capa muscular externa, llamada miometrio.
Según han explicado en un artículo para The Conversation las investigadoras de la Universidad de Oxford Jen Southcombe y Nura Fitnat Topbas Selcuki, se calcula que la adenomiosis afecta a 1 de cada 5 mujeres. Sin embargo, su diagnóstico es complicado, cosa que, junto a lo desconocido de la enfermedad, lleva a que muchas de esas mujeres no sean conscientes de lo que les pasa. Por eso, el primer paso para cambiar esta situación es divulgar su existencia.
¿Qué es la adenomiosis?
El endometrio es la capa que se engrosa a medida que avanza el ciclo menstrual para alojar al embrión en caso de que se produzca una fecundación. Si esta no tiene lugar, el endometrio se descama durante la menstruación, dando lugar a su característico sangrado.
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En cuanto al miometrio, es una capa muscular que tiene principalmente dos funciones. Por un lado, facilitar que el útero se estire si se produce un embarazo. Y, por otro lado, provocar las contracciones uterinas. Estas se producen durante el parto, pero también durante la menstruación, para facilitar la liberación del endometrio descamado.
Cada capa tiene su función y estas no deben mezclarse. Sin embargo, esto es justo lo que ocurre en las personas con adenomiosis. Los parches de endometrio que crecen en el miometrio también se engrosan durante el ciclo menstrual, provocando dolor y aumentando los sangrados menstruales. Además, se dificulta el correcto funcionamiento de la capa muscular, causando dolores y problemas durante el embarazo si este se produce. Dichos problemas pueden ser abortos espontáneos, pero también complicaciones durante el parto, como los partos prematuros, la preeclampsia o las hemorragias.
Muy difícil de diagnosticar
Se calcula que aproximadamente un tercio de las personas con adenomiosis no llegan a tener síntomas o los tienen de forma muy leve. No obstante, en otros casos sí que se producen todos los síntomas ya mencionados.
El tabú de la regla y la normalización del dolor llevan a muchas pacientes a no pedir ayuda. Esa es la primera causa por la que resulta tan difícil diagnosticar la adenomiosis. Pero eso no es todo. En el pasado, la única forma de detectar el tejido endometrial en el miometrio era analizar este tejido tras una histerectomía. Es decir, una vez extirpado el útero, se analizaba. Esta, lógicamente, es una opción extrema. Actualmente se puede hacer por resonancia magnética o ecografía, aunque en algunos casos no es suficiente, de ahí que sea tan complicado.
De cualquier modo, ante la sospecha de esta afección, se suelen pautar tratamientos con anticonceptivos u otros fármacos hormonales, como el ácido tranexámico. De este modo, se minimiza el sangrado, pero para el dolor suele ser necesario añadir algún antiinflamatorio.
Esto, y un seguimiento adecuado, suele ser la opción más habitual y eficaz. Pero, como ya hemos visto, el primer paso es pedir ayuda. Porque el dolor en la regla, nos digan lo que nos digan, no es normal y quejarse por ello no es una exageración. ¿Sería tan desconocida la adenomiosis si afectase a 1 de cada 5 hombres? Vale la pena pensar en ello.
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