Maestros y padres y madres de familia consideran que los reglamentos de los planteles educativos -ahora llamados «acuerdos de convivencia»- son necesarios aunque algunos consideran que deberían ser más flexibles y acordes a la realidad que se vive en cada escuela y en cada comunidad.
Y es que, de acuerdo con la maestra de segundo grado de Telesecundaria, María Ianyth Rivera, los casos de discriminación se siguen dando de maestros a alumnos y de estudiantes a estudiantes por varias situaciones como la socioeconómica.
Precisó que en la mayoría de las escuelas se sigue exigiendo corte de cabello de cierta manera, pero además, a su decir, las niñas son las mayormente señaladas por su manera de vestir o comportamientos.
«Y solo el hecho de que las niñas deban ir de falda me parece que ya es algo obsoleto; sin embargo, en todas las escuelas es así a pesar de que ya hace un par de años se dio a conocer un acuerdo que daba libertad a los alumnos en su manera de vestir. Desgraciadamente se siguen dando casos de discriminación en su mayoría son de maestros a alumnos y al menos en mi centro de trabajo las niñas son las más señaladas por su comportamiento o por su manera de vestir”, expresó.
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Criticó que existan maestros que aún creen que la apariencia es lo más importante y que en los “acuerdos de convivencia” se le dé más peso a la vestimenta que a comportamientos agresivos de los alumnos.
“Los reglamentos propician la discriminación nada más es cosa de leer alguno para darse cuenta. Dice específicamente cómo deben ir vestidos los niños y las niñas, hacen hincapié en que las niñas no usen falda corta ni maquillaje, creo que desde ahí ya es bastante injusto, es cambiar la mentalidad de los maestros, pero es casi imposible”, dijo.
Refirió que, en su plantel, por ejemplo, cada ciclo escolar se analiza el reglamento con la intención de adaptarlo, aunque ante la falta de consenso los cambios no se dan.
Urgen estrategias para evitar discriminación
Por su parte, Adriana Estrella Alarcón, maestra de primero de primaria, afirmó que en los centros de trabajo donde le ha tocado laborar, las causas de discriminación de alumno a alumno en escuela urbana se dan por el tipo de ropa, calzado o útiles escolares, “algunos niños cuentan con más recursos que otros y en algunas ocasiones suelen hacer comentarios crueles hacia sus compañeros”.
Coincidió en que los reglamentos de las escuelas deben actualizarse cada ciclo escolar dependiendo de las necesidades de la comunidad escolar.
“Algunos padres de familia mencionan que el reglamento escolar es muy exigente en cuanto a la imagen del alumno, un ejemplo es el corte de cabello en los niños y el color de cabello en las niñas”.
La docente considera que para evitar la discriminación se podría implementar como estrategia integrar proyectos comunitarios donde se hable sobre estos temas tan importantes promover la sana convivencia y practicar la inclusión dentro y fuera del aula.
Reglamentos son necesarios
Francisco Juárez, padre de familia en una escuela telesecundaria consideró que los maestros están cada vez más capacitados para atender casos de discriminación por lo que no ha conocido de alguno de éstos y opinó que los reglamentos son necesarios.
“Considero que hay una mejor atención y preparación de los profesores para atender a los estudiantes en cualquier nivel educativo. Como padre de familia en una telesecundaria donde va mi hijo, los profesores integran a toda la comunidad estudiantil, si nos enfocamos a personas con discapacidad hay trabajos de integración para el resto hacia los estudiantes e incluso por preferencia sexual”.
Sobre los reglamentos que existen en los planteles dijo que son necesarios y deben cumplirse, pues consideró que como padres les corresponde acatar las reglas para que los menores conozcan de la disciplina.
“He escuchado quejas de otros padres de que a sus hijos no los dejan ir con el cabello pintado o con el cabello largo o las uñas pintadas a las mujeres, pero como padre de familia llegamos a la escuela y al momento de la inscripción nos muestran los reglamentos y uno como padre de familia, firma y acepta esos reglamentos y por lo tanto después no debería haber queja porque ya sabemos que si mi hijo no lleva el uniforme me lo van a regresar lo mismo que si no llega a la hora de entrada”.
Isabel, madre de una menor en primaria, expuso que en su caso tampoco ha conocido de casos de discriminación por lo menos en el plantel de su pequeña, aunque por una situación de acoso escolar, ha tenido que dejado de asistir a la práctica de deportes.
“Mi hija dejó de hacer deportes en la escuela porque tenía un compañero que es muy pesado, el encargado de educación física requirió un par de ocasiones a los familiares, pero creo que nunca atendieron el llamado del maestro, el maestro decidió no registrar a ese niño en el curso de activación física de este ciclo escolar pero porque la vocal del grupo lo acusó con la directora tuvieron que aceptarlo de nuevo en el club y mi hija ya no entró porque me decía que era muy grosero y se burlaba de las niñas y no se le puso un alto”, narró.
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