Especialistas coinciden que la actividad de la economía de México estuvo impulsada por el consumo privado, la inversión en obra pública, y que no se concretó la recesión en Estados Unidos.
Jessica Martínez
La economía de México se perfila para terminar con un destacado crecimiento en 2023, y superar por mucho, las proyecciones a inicios de año.
- CHECALO -
De acuerdo con la Encuesta de Expectativas de Citibanamex –que congrega quincenalmente los pronósticos de unas 30 instituciones bancarias y casas de bolsa– en enero de este año, las estimaciones eran de apenas 0.9 por ciento para 2023.
A unos días de concluir el año, el grupo de analistas proyecta un crecimiento de 3.4 por ciento, estimación ajustada conforme el buen comportamiento de la actividad económica.
James Salazar, subdirector de Análisis Económico en CI Banco, explicó que este dinamismo económico en México estuvo impulsado principalmente por factores internos como el consumo privado y la inversión en obra pública.
“Ha habido una sorpresa favorable: tuvimos una primera mitad muy sólida, sobre todo impulsada por el tema del sector interno o mercado interno; tuvimos mejoras significativas en el mercado laboral, en el consumo, sostenido también por los programas sociales, el crecimiento de las remesas.
Y una segunda mitad también muy caracterizada por todo este tema de construcción, receptor de construcción, en específico la parte del sector público con todos estos proyectos de infraestructura acelerándose, en búsqueda de concluir lo antes posible, pues ha venido dinamizar o apoyar el crecimiento económico.
Aquí en lo que es lo que sorprende (en el crecimiento económico) es que ahora fue más la parte interna, claramente ayudó el hecho de que Estados Unidos también haya traído una dinámica muy importante.
O sea, a finales del año pasado las expectativas era que entrara en una recesión o una pérdida fuerte del ritmo de crecimiento económico y no fue el caso”.
México entre las mejores economías de 2023
Marcos Daniel Arias, analista económico en Grupo Financiero Monex, agregó que el desempeño de la economía mexicana logró posicionarse como uno de los mejores en los últimos años.
“Ha sido un año muy positivo, no solamente el más positivo en lo que va de esta administración, sino que podemos remontarnos a los últimos 15 años desde la crisis financiera de 2008-2009, y realmente bajo varias perspectivas, no ha habido un año que tenga este tipo de estadísticas.
Tampoco está en la gran frecuencia, es un muy buen año acotado a la realidad mexicana: tenemos un crecimiento que podía acercarse a 4%, una inflación que ya se ha estabilizado, sí a niveles arriba de la perspectiva del Banco de México, pero que no se ha movido mucho en los últimos cuatro meses.
El tipo de cambio con una de las mayores apreciaciones en el registro histórico, por debajo de lo que teníamos previo a las elecciones en las que ganó Donald Trump en Estados Unidos. Tasa de desempleo en mínimos históricos; remesas, inversión, varios indicadores que están ahorita en un buen momento y eso me parece sobresaliente”.
Las proyecciones para 2024
Para 2024, el consenso de analistas prevé un crecimiento de 2.4 por ciento que, si bien es menor a lo esperado para 2023, se ubica dentro del potencial de México.
El analista de Monex señaló que, por lo menos, para los primeros seis meses del siguiente año, la inercia de la actividad económica observada hasta el momento, continuará apoyando el crecimiento.
“Ahorita, de manera inmediata, no vemos que haya un catalizador inmediato que altere este buen ritmo porque se siguen construyendo varios de los proyectos prioritarios y eso lo vamos a ver hacia el cierre de la actual administración, hacia mediados de 2024, entonces en el gasto público va a estar muy participativo y eso va a seguir jalando la inversión pública y la construcción.
Tenemos también el anuncio del incremento al salario mínimo en 20% que va a apoyar la resiliencia del consumo, y en ese sentido no vemos que a inicios de año venga una desaceleración masiva, fuerte”.
Sin embargo, el analista de CI Banco consideró que, para la segunda mitad de año, una vez que hayan concluido los proyectos de construcción de la actual administración, habría un enfriamiento de la economía, que se combinaría con la incertidumbre que generan los procesos electorales.
“Aquí generalmente lo que sucede en periodos electorales, tiene dos fuerzas: una es el gobierno gastando más.
En época de campañas, es característico que incluso lo notamos en el presupuesto, en el paquete económico del 2024, el gobierno deteriorando un poco las métricas de finanzas públicas, sobre todos los balances porque está incrementando los programas sociales, está gastando en sus proyectos. Se hace notar en época electoral.
Pero sucede algo a la inversa en el sector privado: el sector privado se ve mucho más cauto, más paciente, algunos de los proyectos los terminan postergando porque lo que espera es, bueno, ya que se define el resultado, que se nombre el nuevo equipo, que se planteé la nueva estrategia, los nuevos planes de crecimiento sectorial, de desarrollo, y ya con base en eso empieza a definir o llevar a cabo, materializar los planes de inversión que tengan”.
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