De los 390 millones de pesos que el Ministerio de la Construcción dedicó a Sancti Spíritus este año, 227 millones fueron a parar a las obras del hotel Meliá Trinidad Península, propiedad del Estado y gestionado por la compañía española. El presupuesto anual era, inicialmente, de unos 283 millones, pero el «compromiso» de terminar el hotel lo antes posible obró el milagro de que el Estado entregara más dinero. El resto se dedicó a terminar unas 35 viviendas –tenían más de 100 en el plan–, a duras penas.
Sobre el papel, sin embargo, todo va a las mil maravillas con el sector, celebró Rislander Torres, director de la Empresa de Construcción y Montaje que se ocupa de ejecutar la mayoría de los proyectos estatales. Gracias al hotel, su empresa logró un sobrecumplimiento del 140% del plan y una palmada en el hombro por parte de las autoridades.
Las fracasadas, lamentó Torres, son las brigadas 1 (de arquitectura e industriales) y 2 (ingeniería), dedicadas precisamente a la edificación de casas. Lastrados por la «escasez de combustible y materiales de terminación», ambos grupos estropean las estadísticas, dio a entender el directivo durante una entrevista con la prensa oficial sobre sus logros para el Día del Constructor.
- CHECALO -
En octubre, la provincia había levantado solo 680 de las 1.261 casas que tenía en el plan
No han podido contar con arena ni hormigón prefabricado, y la producción de asfalto en Sancti Spíritus está por el suelo. El resultado: los baches en la Carretera Central siguen ahí. En este punto, otra vez, el éxito se lo lleva el turismo, pues las 4.500 toneladas de asfalto con que se contaba –gracias a la generosidad de los directivos vecinos de Cienfuegos, admitió Torres– se arrojaron sobre el pedraplén hacia la península hotelera de Ancón.
Por otra parte, las familias de Ciego de Ávila echan mano de un chiste –asegura la prensa oficial– para describir la situación de la vivienda: «Cero acero», que significa tanto la falta del metal como la cadena de ausencias del resto de los materiales. Sin tiempo para bromas, el gobierno provincial anunció que en 2024 se entregará el mínimo de materiales, aunque exigirá los mismos resultados a las brigadas de construcción.
En octubre, la provincia había levantado solo 680 de las 1.261 casas que tenía en el plan. Sin acero, tampoco se pudo construir un edificio con 174 apartamentos ni las 200 «células básicas habitacionales» –cuartos para personas vulnerables y sin recursos– que se habían previsto.
La solución, remachan los dirigentes locales, es seguir el precepto del inamovible viceprimer ministro Ramiro Valdés: «Sacar de debajo de la tierra toda la arcilla posible y crear condiciones para producir ladrillos macizos y rasillas –elementos de pared y techo (en la modalidad de cubiertas abovedadas)– que permitan continuar ampliando y mejorando el fondo habitacional».
Hay indicaciones para construir los hornos. Están los planos entregados a los territorios. ¿Lo hacen? No lo hacen. ¿Por qué no lo hacen? ¿Cuál es la disciplina? ¿Cuál es el control?»
«Hay que hacerlo, sí o sí», aseguró el gobernador provincial, Liván Arronte, quien pidió que se formaran «elaboradores de materiales», sin detallar de dónde piensa sacarlos, y «fabricar hornos eficientes».
La arcilla como panacea para resolver el problema de la construcción en la Isla, siguiendo la recomendación de las autoridades a mediados de año, no ha tenido mucho éxito. Si bien el país cuenta con abundantes reservas de este material, la reticencia de los cubanos a utilizarlo provocó la ira de Valdés durante una reunión: «¿Dónde está? Hay indicaciones para construir los hornos. Están los planos entregados a los territorios. ¿Lo hacen? No lo hacen. ¿Por qué no lo hacen? ¿Cuál es la disciplina? ¿Cuál es el control? Hay indicaciones y, sencillamente, en el territorio no se ejecutan».
A finales de octubre, la previsión nacional se había cumplido en poco más de la mitad (54%), al haberse construido 13.300 inmuebles en el país. Como en Ciego de Ávila, la prensa oficial volvió a lamentar que casi todo el país cuente con «cero acero», aunque también está en falta el cemento.
Dilaila Díaz, directora general de materiales del Ministerio de la Construcción, explicó que para cubrir las necesidades del programa de Vivienda se necesitan 83 millones de ladrillos al año, pero en 2022 apenas se alcanzaron 39 millones, menos de la mitad. Su conclusión, al revisar el panorama, es elocuente: «Tenemos que empezar un sistema diferente», siempre que sea «revolucionario», acotó.
________________________
Colabora con nuestro trabajo:
El equipo de 14ymedio está comprometido con hacer un periodismo serio que refleje la realidad de la Cuba profunda. Gracias por acompañarnos en este largo camino. Te invitamos a que continúes apoyándonos, pero esta vez haciéndote miembro de nuestro diario. Juntos podemos seguir transformando el periodismo en Cuba.
DERECHOS DE AUTOR
Esta información pertenece a su autor original y fue recopilada del sitio https://www.14ymedio.com/cuba/Melia-Trinidad-construccion-Sancti-Spiritus_0_3654834489.html