La flor de pascua (Euphorbia pulcherrima) es uno de los símbolos más emblemáticos de la Navidad. Conocida también como poinsettia o pascuero, esta planta con lo que parecen grandes pétalos rojos, pero que en realidad no lo son, decora casas de todo el mundo en los días navideños y prenavideños. Una vez pasadas las fiestas, muchas personas intentan mantenerla y conservarla hasta el año siguiente. Pero lo cierto es que muchos desfallecen en el intento. Cuidar la flor de pascua no es fácil, pues tiene unos requerimientos muy concretos que a veces pasamos por alto.
Y es que la poinsettia es una planta que se rige por términos medios. Necesita luz, pero no demasiada. Hay que regarla, pero solo cuando la tierra esté seca, y necesita una temperatura templada y muy concreta. Demasiado frío o calor pueden matarla.
Si quieres saber qué debes hacer para cuidar tu flor de pascua más allá de la Navidad, quédate a leer este artículo. Aunque, en primer lugar, empezaremos por conocer un poco más sobre ella.
Las peculiaridades de la poinsettia
El pascuero es la planta de los mil nombres. Su origen está en México, donde se la conoce como flor de Nochebuena. No obstante, en cada región tiene un nombre distinto. En Argentina se la conoce como estrella federal, en Nicaragua y Costa Rica como pastora, en Perú la llaman cardenal, por su color rojo, y en Venezuela papagayo. Los cubanos y guatemaltecos, al igual que los españoles, la conocen como flor de pascua. ¿Pero por qué?
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La flor de pascua se conoce así por su apariencia de gran flor de color rojo. Sin embargo, las flores de la planta son en realidad las pequeñas inflorescencias (conjuntos de varias flores) de color amarillo que se ven en su centro.
Lo que vemos de color rojo son brácteas. Es decir, órganos foliares que se encuentran cerca de las flores y que se diferencian de las hojas normales en su forma, color y tamaño. No obstante, por obedecer a la definición, se conocen como brácteas también las hojas ubicadas en el tallo, justo debajo de las flores, aunque su apariencia sea idéntica a la del resto de hojas.
Consejos para cuidar la flor de pascua
Para cuidar la flor de pascua hay que tener en cuenta sobre todo tres parámetros: luz, agua y temperatura.
Con respecto a la luz, si la tenemos en interior se debe colocar en una ventana donde reciba luz natural brillante. Pero, al igual que si la tenemos en el exterior, se debe evitar que tenga más de 4-6 horas de luz al día.
La temperatura debe oscilar entre los 18ºC y los 21ºC. Por encima de esa temperatura puede secarse, por lo que las calefacciones, tan utilizadas en Navidad, son un peligro para nuestra poinsettia.
En cuanto al agua, se debe tener en un macetero que se drene, para evitar la más mínima acumulación. Además, hay que regarla solo cuando se nota que pesa muy poco al levantarla o cuando, al tocar la tierra, esta esté completamente seca.
Muchas veces nos ilusionamos con mantenerla y creemos que cuanto más la reguemos mejor será, pero no. Ese es uno de los primeros errores que solemos cometer al cuidar la flor de pascua.
¿Qué pasa después de Navidad?
Una vez que finaliza la Navidad, aunque todavía quedan por delante unos meses de frío en el hemisferio norte (si el cambio climático no lo impide), las temperaturas van subiendo poco a poco y los días se hacen más largos. Por eso, al recibir más luz y calor, las hojas de la planta empiezan a caerse.
Si queremos cuidar nuestra flor de pascua y mantenerla hasta el año siguiente este es un momento perfecto para podarla y sacarla al exterior. De hecho, si tenemos jardín, sería ideal transplantarla, ya que su ciclo arbustivo comienza a final de invierno. Si no, siempre podemos podarla y pasarla a un macetero más grande.
En ese momento habría que hacer un regado abundante y mantenerla del mismo modo, con regados cuando son necesarios, hasta abril, cuando habría que hacer una segunda poda. A esta, la seguiría una tercera en agosto, en la que habría que dejar todos los tallos a la misma altura, para que puedan nacer las flores que se usarán en las siguientes Navidades.
De cualquier modo, esa es la versión experta de cuidar una flor de pascua. Si solo queremos mantenerla en casa el máximo tiempo posible, las claves siguen siendo las mismas: luz, temperaturas controladas y agua, la justa y necesaria.
Solo una cosa más. Si tienes gato, intenta que no se acerque a ella. No es mortal y resulta mucho menos peligrosa que otras plantas, pero sí puede causarle un gran malestar digestivo si la ingiere. Mejor prevenir que curar.
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